Las cinco menciones explícitas de Cervantes al Campo de Montiel en el texto de la novela justifican literariamente su adscripción a esta humilde comarca, situada en el sureste de la provincia de Ciudad Real. Y el análisis científico-geográfico de las distancias recorridas por don Quijote y Sancho, junto a otras características, habrían descubierto a Villanueva de los Infantes como el “lugar de la Mancha” de cuyo nombre no quiso acordarse Cervantes. De forma que Villanueva de los Infantes ratifica al Campo de Montiel y éste ratifica a Villanueva de los Infantes conformando de esta forma un "todo literario" inseparable.
Un "todo" que se verificaría empíricamente al cumplir este pueblo tres requisitos esenciales exigidos implícitamente por la novela si se lee en profundidad a este respecto: a) ser pueblo relativamente grande (exigible por la cultura literaria del cura, cultura del barbero, absentismo del cura, parada de soldados, partida de tres mozas...); b) el sistema de tardanzas/distancias, desde/hasta el "lugar de la Mancha", descrito en la novela; y c) estar en el camino lógico Sierra Morena-Cartagena; aparte de estar situado dentro del Campo de Montiel como expresamente exige Cervantes. El círculo se cierra así sobre un Campo de Montiel, cuyo centro es Villanueva de los Infantes, que ya no admitiría discusión alguna sobre su extensión y límites.
Al socaire de esta resituación científico-literaria, lo que esencialmente persigue el CILMEQ, aparte de las cinco funciones propias de: investigación crítica; compaginar los análisis literario y científico; enseñar el español para extranjeros; expandir los valores del Quijote en la juventud; y contribuir al desarrollo económico del Campo de Montiel, es situar a Villanueva de los Infantes en el sitio que le corresponde en el mundo literario, por haber resultado ser el "lugar de la Mancha" de cuyo nombre no quiso acordarse Cervantes, con las consecuencias literarias que ello conlleva.
Fines entre los que tampoco está ausente lograr una mayor integración geográfica y cultural entre el Campo de Montiel y el área manchega cervantina situada a su norte. Para ello, y como uno de los atractivos para los turistas y estudiantes extranjeros que vengan a aprender español al CILMEQ, se han diseñado rutas por el Campo de Montiel, desde que entran al mismo procedentes de Madrid, Alcalá, Toledo o Esquivias, a través de ciudades y pueblos, plenos también de reminiscencias y tradiciones cervantinas, como El Toboso, Alcazar de San Juan, Campo de Criptana o Argamasilla de Alba, para continuar visitando los pueblos del Campo de Montiel y sus historias particulares como Membrilla (Lope de Vega, Molino del Rezuelo); La Solana (casa de don Diegol -caballero del verde Gabán(¿)-); Villanueva de los Infantes (el lugar de la Mancha); Torre de Juan Abad (Quevedo, Ermita Templaria); Torrenueva (la Borricá); Villamanrique (Castillo Montizón, Jorge Manrique); Terrinches (Torreón); Puebla del Príncipe (torre-fortaleza); (Santa Cruz de los Cáñamos (Camino de Anibal); Albaladejo (Puente de la Olmilla); Villanueva de la Fuente (restos arqueológicos,museo etnológico); Montiel (Pedro el Cruel y rememoración medieval); Almedina (pintor Yañez y su museo abierto); y Fuenllana (cuna compartida de Santo Tomás de Villanueva). A los que hay que añadir los pueblos que literariamente vieron pasar a don Quijote y Sancho Panza como Castellar de Santiago, procedentes de Sierra Morena, para continuar por Cózar, o Alcubillas durante la segunda salida de don Quijote. Así como también terrenos de Carrizosa, Alhambra, Ossa de Montiel, Villahermosa y Fuenllana durante la tercera salida y el regreso definitivo de don Quijote y Sancho Panza desde Barcelona. Y aunque, no existía en tiempos de Cervantes, no puede dejar de visitarse el pequeño pueblo de San Carlos del Valle y su excepcional plaza. Sin olvidar, lógicamente, el rosario-cascada de las 15 lagunas de Ruidera y la cervantina Cueva de Montesinos.
Dicho lo cual, dejo el funcionamiento del CILMEQ en manos de un magnífico equipo gestor, que estará dirigido por el abogado y gran amante y conocedor de las andanzas quijotescas por tierras manchegas, don Federico Fernández Andrés.
Francisco Parra Luna, Presidente
Villanueva de los Infantes (Campo de Montiel), primavera de 2015.